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Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


22/07/2016

NOTICIA. Donald Trump y Hillary Clinton competirán por la presidencia de EEUU.

 

EEUU. La crisis de Liderazgo en la carrera presidencial

El 20/07/2016, Donald Trump, aspirante por el partido republicano para la presidencia de EEUU, tras una campaña plagada de cuestionamientos sobre su nominación, alcanzó en la Convención Nacional Republicana los votos necesarios de delegados para ser elegido oficialmente candidato presidencial. Hillary Clinton, después de una campaña exitosa entre los seguidores del partido demócrata, y la retirada de su oponente Bernie Sanders, a falta de ser nominada oficialmente por la Convención del partido será quien aspire a la presidencia de la nación por el lado demócrata. Ambos candidatos competirán para obtener una mayoría de compromisarios a la asamblea de los 538 electores que deberá elegir el Presidente de EEUU el martes 08/10/2016 por un periodo de cuatro años.

Donald Trump, en el proceso de primarias ha conseguido el apoyo de los republicanos de tradiciones anglosajonas más conservadoras entre los que se encuentran una buena parte de la clase trabajadora, en su detrimento, con su mensaje excluyente de hispanos y musulmanes, se ha alejado de estos sectores de electores que representan importantes minorías en la sociedad americana. El discurso conservador, retoma sus principios morales de oponerse al aborto, pretende preservar la cultura anglosajona por encima de la multiculturalidad, y se muestra partidario de combatir la deslocalización industrial para ubicarla de nuevo en EEUU como fuente de trabajo estable. En política exterior quiere revitalizar el excepcionalismo estadounidense manteniendo la actual política de contener a Rusia, China e Irán pero exigiendo a sus aliados que paguen directamente a EEUU por la protección estadounidense, lo cual haría recaer parte del actual presupuesto militar de EEUU sobre sus socios de la OTAN, Corea de Sur y Japón, con el fin de ayudar a mitigar la enorme deuda soberana de EEUU que supera su PIB. En la retórica de su política exterior el discurso de la “exportación de la democracia” se considera agotado debido a la falacia en el que se ha convertido tras el caos político que han provocado las intervenciones militares estadounidenses en Afganistán, Irak, Siria y Libia, siendo sustituida por el discurso de la “defensa de los intereses estadounidenses” en sus alianzas con independencia del régimen político del país.

Hillary Clinton, representa la continuidad de las políticas del actual presidente Barack Obama. En política interior pretende representar a la multiculturalidad de la sociedad estadounidense, con una moralidad favorable al aborto y el matrimonio homosexual; en política económica se mantendría el rumbo actual. En política exterior continuaría la seguida por la administración de Barack Obama, la cual, la propia Clinton ha sido su creadora en el periodo que estuvo al frente de la política exterior, orientada a: contener a Rusia, China e Irán; propiciar una vuelta a los gobiernos conservadores en América Latina, y mantener la tutela de EEUU sobre sus principales aliados en Europa y en la región de Asia-Pacífico. El discurso político seguiría sustentándose en la retórica de la “exportación de la democracia” como justificación de las intromisiones estadounidenses en otros países.

Cambio conservador o continuismo, son las opciones que se dirimen en las próximas elecciones presidenciales. Sin embargo, ni uno ni otro, parece satisfacer plenamente a la sociedad estadounidense. En el lado demócrata existen amplios sectores sociales, sobre todo en las generaciones más jóvenes, que quieren poner fin a las intromisiones estadounidenses en otras naciones, y en política interior reclaman cambios para tener mayores oportunidades de empleo, estos sectores no se sienten representados por Hillary Clinton que la consideran con un pasado político deshonesto y una persona cínica y mentirosa ligada a los grandes grupos financieros. En el bando republicano, la agresiva campaña de Donald Trump contra hispanos y musulmanes y su visión de la política exterior suscita muchos temores que estas políticas pudieran ahondar la división de la sociedad y distanciarse de sus aliados de la OTAN.

Cualquiera de los dos candidatos carece del liderazgo para unir a la sociedad americana ni en política interna ni exterior. La precariedad en el empleo, el peso de la inmigración y las fallidas políticas en el Oriente Medio han producido fracturas en la sociedad americana. El continuismo encarnado en Hillary Clinton augura que las mismas seguirán ahondándose. La necesidad de un cambio político encarnado por Donald Trump emerge, aunque quizás no con la suficiente fuerza como para derrotar a su oponente demócrata. Los poderes fácticos financieros y mediáticos estadounidenses y europeos apuestan por el continuismo que representa la candidata demócrata y ello supone un apoyo que puede ser decisivo aunque, en su contra, Hillary Clinton cuenta con un pasado luctuoso en política exterior que, sin duda, será recordado incisiva y reiteradamente por su oponente republicano.

El presidente electo, lo será de una sociedad dividida y carente de liderazgo. Los factores de un crecimiento económico interno débil seguirán perpetuando la deuda soberana y la misma lastrando a la economía y la sociedad americana. En el ámbito internacional, la creciente fortaleza de Rusia y China como actores independientes debiera repercutir en que se imponga el realismo político en  las relaciones internacionales, aunque también existe la posibilidad que se pretenda la confrontación con estas dos potencias. Entonces los riesgos de la guerra aumentarán.

 

El cambio de ciclo histórico que se vislumbra será ante todo debido a los cambios que experimentará la economía mundo por la irrupción del nuevo centro económico en Asia. Las sociedades occidentales perciben como negativos estos cambios, y la defensa de  sus condiciones materiales de vida y tradiciones determinan el ascenso de corrientes políticas conservadoras xenófobas y favorables al proteccionismo.

El mundo occidental que ha mantenido el liderazgo de la economía mundial durante 200 años, y EEUU que lo viene ejerciendo desde la Segunda Guerra Mundial no se resigna a un cambio en el que tenga que compartir su poder y se escora hacia la confrontación, sin embargo, los fundamentos económicos para un crecimiento económico mundial demandan cooperación e integración.

Cooperación o confrontación, será el sino en el que tenga que debatirse el próximo presidente de la principal potencia del planeta.

 

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