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Artículos de Opinión

Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Javier Colomo Ugarte

Noviembre 2014


La construcción del espacio económico asiático

En los meses de octubre y noviembre del 2014, la región de Asia Oriental ha sido protagonista de una serie de eventos que están sentado las bases para la materialización de un espacio económico que concentraría la mayor parte del PIB mundial; la mitad de la población mundial; la mayor tasa de crecimiento de la economía mundial, y la mejores expectativas de futuro de desarrollo de la economía mundial.

El 24/10/2014, los representantes de 21 naciones asiáticas: Bangladés, Brunei, Camboya, China, la India, Kazajistán, Kuwait, Laos, Malasia, Mongolia, Myanmar, Nepal, Omán, Pakistán, Filipinas, Qatar, Singapur, Sri Lanka, Tailandia, Uzbekistán y Vietnam, acordaron en Beijing el establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB, siglas en inglés) suscribiendo el Memorándum sobre el establecimiento del AIIB, en el cual se especifica que el capital autorizado del AIIB será de 100.000 millones de dólares estadounidenses con un capital inicial de 50.000 millones de dólares, estando previsto su funcionamiento para finales del 2015, y cuya sede estará en  Beijing. El AIIB se constituye como un banco de desarrollo regional con el objetivo de ser una plataforma de financiamiento para la construcción de infraestructuras para impulsar la interconexión económica de los países asiáticos.

El 11/11/2014 finalizó la XXII Cumbre de la APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation, en español Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) celebrada en Beijing durante dos días con la asistencia de 21 jefes de Estado y Gobierno. La APEC es un foro multilateral creado en 1989, orientado a favorecer el intercambio comercial y la cooperación entre las naciones americanas y asiáticas de la cuenca del océano Pacífico. Los 21 países que conforman la APEC representan el 56% de la producción mundial, el 46% del comercio global y el 40% de la población global. La singularidad de los acuerdos alcanzados en la Cumbre radica en que los 21 países acordaron iniciar una "hoja de ruta" con el fin de crear una zona de libre comercio en la región Asia-Pacífico (FTAAP, por sus siglas en inglés), lo que supone iniciar un cambio cualitativo en la función de la APEC, que pasaría de ser un foro de encuentro y debate para convertirse en un área de libre comercio con normas internacionales establecidas.

Durante los últimos años EEUU ha estado celebrando negociaciones para la implementación del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TTP). Las negociaciones comenzaron entre Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur en el 2003. EEUU se unió al proceso en 2008 junto con Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam, quedando China excluida de las mismas. Sin embargo, ante la propuesta de China para la creación del  FTAAP, EEUU ha optado por sumarse a la misma debido a que su autoexclusión hubiera supuesto quedar fuera de uno de los mayores proyectos económicos mundiales y, por otra parte, porque las propias normas de la APEC establecen que los acuerdos deben tomarse por unanimidad por lo que su oposición hubiera supuesto que el FTAAP debiera haber iniciado su Hoja de Ruta al margen de la APEC. Una vez que EEUU se ha involucrado en el proyecto de la FTAAP, el TPP pensado, tal vez, por EEUU como un instrumento para aislar a China de un tratado de libre comercio entre naciones asiáticas y americanas, pierde relevancia, pues los acuerdos que se pudieran establecer entre las naciones que constituyen la TPP y otros tratados de libre comercio entre naciones no perjudican al proyecto suscrito en la APEC para la implementación del FTAAP, incluso el FTAAP puede ser una "recopilación" de los existentes acuerdos de libre comercio, con la particularidad que el FTAAP es un proyecto que permitirá consolidar la integración regional y definir las metas de desarrollo a largo plazo.

Otro proyecto relevante de la cumbre de la APEC fue el orientado a promover la conectividad física, institucional y entre personas para 2025, con el fin de facilitar los viajes de negocios transfronterizos, turismo e intercambios educativos, y que se financiará a través de la inversión pública y privada de las respectivas naciones que componen la APEC.

Paralelamente a la Cumbre, se alcanzaron también importantes acuerdos entre China y Rusia; China y Corea del Sur, y China y EEUU. Rusia y China firmaron un Memorándum sobre el suministro de gas de Rusia a China por la llamada ruta “occidental”. China y Corea del Sur acordaron el establecimiento de la zona de libre comercio entre China y la República de Corea. EEUU y China alcanzaron un acuerdo para recortar aranceles en productos de alta tecnología. Por otra parte, el marco de la cumbre sirvió para un encuentro entre el presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, que puede contribuir a la superación de las tensas relaciones políticas entre China y Japón debido al conflicto por la titularidad de las islas Diaoyu y la política de los actuales gobernantes japoneses de enaltecimiento de su pasado histórico imperial que hiere profundamente los sentimientos nacionales del pueblo chino por haber sido víctima de las atrocidades del ejercito japonés durante la ocupación colonial de China en la primera mitad del siglo XX.

Tras la finalización de la cumbre de la APEC,  la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que agrupa actualmente a diez miembros: Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam, inició el 12/11/2014, en Myanmar, su  XXV cumbre bajo el lema "una comunidad de oportunidades”. La cumbre está orientada al diálogo sobre la creación de una comunidad económica antes de que termine el año 2015, y la aprobación de una declaración para la elaboración de una hoja de ruta integral para el bloque en la política a seguir más allá del año 2015. Esta cumbre de dos días de duración también incluye encuentros con dirigentes de China, la República de Corea, Japón, la India, Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos y Rusia.

 

La construcción del espacio económico asiático ha entrado en una fase que cambiará sustancialmente el espacio económico mundial, al convertirse en el centro del crecimiento económico mundial. Tras la crisis del 2008, la importancia del desarrollo económico mundial no se basa únicamente en la importancia de las economías como siguen siendo todavía la de EEUU y la UE, sino en el dinamismo de las mismas, es decir, en su capacidad para generar crecimiento. La articulación del espacio económico asiático a través de su conectividad va a permitir que la magnitud de la creación de infraestructuras, el comercio y movimiento de personas acaparé la mayor tasa de crecimiento de la economía mundial.

La fundación del Banco Asiático de Inversión refuerza el esfuerzo de inversión de los países en la implementación de infraestructuras logísticas, energéticas, financieras y comerciales y, ello, posibilitará que las sociedades asiáticas pasen de un estadio basado en la economía de las necesidades básicas a otro de masificación de la demanda de bienes de consumo.

El dinamismo del espacio económico asiático tiene unos sólidos cimientos sustentados en la alianza de Rusia y China. Rusia dispone de un gran potencial energético y científico técnico, mientras que China destaca por su capacidad manufacturera e innovadora. La filosofía económica que rige las relaciones económicas entre naciones se fundamenta, por sus buenos resultados, en el concepto de ganar-ganar, por lo que todas las cumbres y relaciones bilaterales y multilaterales bien entre naciones o empresas se basan en priorizar los intereses comunes.

Con estas bases de funcionamiento el espacio económico asiático se construye de manera diferente a como Occidente ha construido el espacio económico mundial en los dos últimos siglos, basado en el principio de que unas naciones ganasen a costa de que otras perdiesen y, en la medida que el PIB asiático aumente, las relaciones basadas en el principio de colaboración de ganar – ganar se convertirán en las prioritarias en la economía mundial.

La confrontación como base de las relaciones económicas que forma parte de la cultura occidental neocolonial como herencia de su pasado colonial y, que actualmente tiene su más clara expresión en las sanciones de los países occidentales a Rusia, deberá dar paso a las relaciones de colaboración. Tal vez, los gobernantes japoneses se han dado cuenta de este cambio y han decidido por ello cambiar su política de confrontación con China y de sanciones contra Rusia, impulsada por EEUU, para pasar a promover un acercamiento de Japón con estas naciones. Corea del Sur no ha participado en ningún momento en la estrategia económica diseñada por EEUU de contención de China y ha ido estrechando sus relaciones con China. Por su parte, EEUU, se está viendo obligado a cambiar su actitud respecto a China, pues no puede quedarse fuera de la construcción del espacio económico asiático.

Lo que resulta progresivamente más evidente es que EEUU no marca ya el paso de los acontecimientos económicos en Asia sino que tiene adaptarse a los cambios que se producen. Se ha visto en la propia cumbre de la APEC en la que pasó de tratar de priorizar su proyecto Trans-Pacific Partnership, TPP, a sumarse a la iniciativa china para crear una zona de libre comercio en la región Asia-Pacífico, y suscribir con China un acuerdo para recortar aranceles en productos de alta tecnología. Un cambio que resulta positivo y que posibilita el avance en el compromiso de construir un nuevo tipo de relaciones entre potencias entre las dos economías más grandes del mundo, basadas en palabras de los dirigentes chinos en la aplicación del principio de: “no conflictos, no confrontación, respeto mutuo, cooperación y prosperidad común”, en sintonía con los diálogos que mantuvieron el presidente Chino, Xi Jinping y Obama en su encuentro en el Refugio Annenberg en Sunnylands en Rancho Mirage, California, en junio de 2013.

 

Si bien, la construcción del espacio económico asiático, está en su primera fase, sus perspectivas de fortalecimiento son evidentes, una cuestión que le ha llevado a Rusia a considerar una prioridad la interacción con la Región Asia-Pacífico estableciendo una serie de pasos para el desarrollo del Oriente ruso, y el aumento de su participación en su comercio exterior con los países asiáticos orientales en el objetivo de pasar del 25% actual hasta el 40%, fomentando a su vez los intercambios comerciales con China basados en sus respectivas monedad locales, Yuan y Rublo.

 

Y, mientras en Asia se construyen los fundamentos de un nuevo orden económico mundial, que puede relegar con el tiempo al que surgió poco antes de que acabara la Segunda Guerra Mundial en 1944 en los acuerdos de Bretton Woods, la UE persiste en su ceguera de confrontación con Rusia, alentada por EEUU para evitar que la emergencia del espacio económico asiático pueda inclinar, particularmente a Alemania, a la colaboración con Rusia, lo que le situaría a Alemania en una posición privilegiada en la articulación de la nueva Ruta de la Seda del siglo XXI.

 

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Javier Colomo Ugarte

Doctor en Geografía e Historia

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