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Crítica política sobre noticias de actualidad en el mundo

Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


01/08/2012

NOTICIA. Venezuela se integra en el MERCOSUR

NOTICIA. Clinton inicia una gira por varios países de África

NOTICIA. EEUU aprueba nuevas sanciones contra Irán

 

Movimientos geopolíticos

La prolongación de la crisis económica está perfilando nuevas realidades geopolíticas que apuntan a una progresiva transformación del mundo. Las regiones económicamente emergentes particularmente el oriente asiático; Sudamérica; Rusia con las naciones vecinas más importantes, y África Austral, están reafirmándose en proyectos de desarrollo progresivamente más integrados e independientes de Occidente.

En Sudamérica, con la inclusión de Venezuela en el MERCOSUR el bloque económico adquiere un nuevo valor no solo cuantitativo en cuanto al desarrollo comercial sino especialmente cualitativo por la complementariedad económica que, en el caso de Venezuela, va a permitir superar el modelo económico petrolero y abrirse a un desarrollo autocentrado y estructurado, es decir, de desarrollo equilibrado de su sector agrario, industrial y de servicios. El resto de países del MERCOSUR se beneficiaran de un mercado común con el país que tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo. Argentina y Venezuela, ya suscribieron el primer acuerdo de cooperación entre las petroleras estatales YPF y PDVSA, para ampliar la exploración y refinación en ambos países, lo cual permite a Venezuela ser más independiente del refinamiento en EEUU y a Argentina ampliar el volumen de negocio de la recién nacionalizada YPF.

No obstante, desde el punto de vista geoestratégico la incorporación de Venezuela al MERCOSUR tiene su relevancia porque refuerza a su vez a la UNASUR como instrumento político regional pues la fortaleza económica del bloque, en su conjunto, abarca un ámbito geoeconómico que se extiende desde la Patagonia hasta el Caribe con una población de 270 millones de habitantes y se convierte en la quinta economía del mundo con un PIB de 3,3 billones de dólares, tras Estados Unidos, China, Alemania y Japón. Esta nueva realidad geopolítica nace con una vocación de ser integracionista pero al mismo tiempo de ser independiente.

Por otra parte, el estancamiento económico y el oscuro horizonte económico que se cierne sobre Occidente está impulsando no solo la vocación integracionista de los diferentes regiones en desarrollo del mundo, sino también la colaboración Sur > Sur. Brasil está ampliando su mercado con los países de África Austral, según los datos del Gobierno brasileño, entre enero y junio los productos brasileños que salieron del país con destino a África austral sumaron 5.532 millones de dólares, cifra superior a la que, por ejemplo, totalizaron las exportaciones a Alemania y Francia conjuntamente. El mayor potencial se encuentra entre las excolonias portuguesas y en Sudáfrica, países que gozan de estabilidad política y un crecimiento económico liderado por la explotación de minerales y petróleo.

Dentro de la colaboración Sur > Sur, África cobra especial importancia en las relaciones privilegiadas que mantiene China con las naciones de este continente. La Quinta Conferencia Ministerial del Foro sobre Cooperación China-África (FOCAC) en Beijing, el 19 de julio de 2012 que reunió a China y a 50 de las 54 naciones soberanas que tiene África muestra una capacidad de convocatoria de China sobre este continente que no tiene ninguna otra nación del mundo.

Tal vez por ello, Clinton, tras finalizar su gira por Asia, el 31 de julio ha iniciado una nueva gira que la llevará al menos a seis países de África, incluyendo la nación más nueva del mundo, Sudán del Sur, además de Uganda, Kenya, Malawi y África del Sur. En el viaje que comienza en Senegal, Clinton va a dar un discurso advirtiendo a los estados africanos sobre los peligros potenciales de las inversiones chinas a “costa de África”. Advertencias que en los países más importantes de su visita tendrán escaso eco, pues la confianza se gana con los proyectos económicos y no con la retórica.

La realidad de las giras de Clinton es que las mismas solo pretenden crear confrontación entre naciones, que en el escenario asiático, coincidiendo con el regreso de EEUU a Asia, han aumentado. El 10 de abril, un buque de guerra de Filipinas hostigó a pesqueros chinos que navegaban cerca de la Isla de Huangyang. El primer ministro japonés Yoshihiko Noda expresó su deseo de usar la fuerza para resolver las disputas territoriales con China sobre la Isla Diaoyu en el Mar Oriental de China. Esta creciente hostilidad ha llevado a Geng Yansheng, vocero del Ministerio de Defensa Nacional de China, a afirmar que China se opone a que cualquier país fuera de la región intervenga en estas disputas, quien pidió diálogo y negociaciones bilaterales para resolver estos contenciosos.

No obstante, el interés de EEUU de sembrar la discordia entre naciones como medio de hacer prevalecer su hegemonía, en las regiones del mundo donde va perdiendo influencia está teniendo en muchos casos el efecto contrario al pretendido. Se vio en el pasado con Colombia, donde la confrontación propiciada contra Venezuela por al antiguo presidente Uribe, fue corregida por Santos estableciendo acuerdos de buena vecindad con Venezuela. En esta parte del mundo, los países de la región van comprendiendo que en la unidad está su fuerza y que todas las maniobras para dividirlos solo responden al interés de los países occidentales que pretenden ganar en influencia a costa de su división. Por otra parte, esta experiencia sudamericana está teniendo un amplio eco en los países de África austral que están tomando ejemplo de las políticas integracionistas de América Latina y de los beneficios de la relación Sur > Sur.

El otro gran protagonista que camina con un paso propio es Rusia, apegado internacionalmente a la doctrina acordada en la última cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) en la que los líderes de los países miembros rechazaron unánimemente la intervención militar y las sanciones unilaterales como una forma de resolver los conflictos internacionales. Recientemente, con relación a las sanciones unilaterales aprobadas por la Unión Europea contra Siria por las que se arrogó el derecho de inspeccionar e interceptar aviones y buques de terceros países, el ministro ruso del Exterior, Serguei Lavrov, dejó claro que Rusia de ninguna forma permitirá la inspección de sus naves ni mucho menos participará en la aplicación de tales sanciones.

El espacio geopolítico de influencia global Occidental donde sus políticas de complots y guerras pueden tener éxito progresivamente se está reduciendo, y ha quedado circunscrito prácticamente al ámbito de los países árabes y el Próximo y Medio Oriente.

En esa región, en la medida que Irán va ganando peso como potencia regional no subordinada a Occidente y con un desarrollo tecnológico y militar propio que no lo tiene, a excepción de Israel, ningún país de la región; la OTAN, Israel y las monarquías árabes están aumentando su acoso contra ese país

Israel nunca ha aceptado una potencia en la región que le pueda hacer sombra militarmente, pues su política de supervivencia como nación no la basa en la colaboración y el respeto con las naciones vecinas, sino que la fundamenta en su supremacía militar y, por ello, todos los intentos habidos por otras naciones para erigirse en potencias regionales como fueron en su día Egipto e Irak fueron desarticulados por Israel y EEUU.

La coincidencia de intereses de las monarquías árabes del golfo en contra de Irán se basa en su interés por acabar con su fortaleza como nación, y en el caso de Arabia Saudita, porque está viendo en las revueltas árabes una oportunidad para extender el liderazgo de la rama sunnita más integrista de la que forma parte.

Existen dos incógnitas todavía por develar que van a ser claves en la guerra que se está preparando contra Irán por parte de Israel, EEUU y las monarquías del golfo; por una parte, la evolución de la guerra en Siria y, por otra parte, la política exterior de los nuevos gobernantes egipcios. EEUU e Israel han apostado porque Egipto continuará la política de subordinación a sus intereses en la región como lo hizo su aliado Mubarak, pero a pesar de que EEUU pretende comprar con 1500 millones de dólares anuales esa fidelidad, no está claro que los nuevos mandatarios egipcios sean tan sumisos como el régimen de Mubarak.

En Occidente la ciudadanía agobiada por los problemas económicos y gracias a una eficaz adormidera patrocinada por los medios de comunicación, vive de espaldas a las transformaciones mundiales. Los planes de Guerra que públicamente se difunden contra Irán no levantan ninguna protesta. Algunas voces cualificadas que en su momento lo hicieron como fue el caso del literato alemán Gunter Grass, son rápidamente sepultadas en el olvido. Si una de las señas de identidad de la izquierda Occidental tanto en Europa como en EEUU había sido el rechazo a las guerras de agresión a otras naciones bajo cualquier pretexto, ahora parece que los poderes fácticos que las promueven han encontrado la solución para acabar con esa tradición, haciendo que sean los propios líderes e intelectuales de la izquierda quien en nombre “de la democracia” justifiquen las intervenciones militares de la OTAN en Afganistán, Siria, Irán o donde haga falta, como es el caso del presidente francés Hollande que alienta a la intervención militar en Siria.

La paz entre naciones es lo primero, con independencia de su sistema político, ese es el legado de la carta fundacional de las Naciones Unidas fruto de las terribles consecuencias que supuso la guerra entre naciones en la última guerra mundial. Un legado que parece que Occidente está olvidando, y que en el caso de una guerra con Irán pude volverse en su contra. Aunque si así fuera, no faltarán voces que digan que Occidente en la historia contemporánea siempre ha resurgido como líder mundial, pero no hay que olvidar, que en los dos últimos siglos Occidente no tenía reemplazo a su hegemonía mundial, pero ahora el mundo que le rodea puede constituir una alternativa, pues nunca este mundo, antes periférico, y ahora emergente, tuvo tanta fuerza económica y tecnológica y tanta necesidad de que triunfe la política de paz y el desarrollo.

 

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