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Crítica política sobre noticias de actualidad en el mundo

Una visión geopolítica en favor del respeto entre naciones, la integración económica mundial y la armonía con el medioambiente

Autor

Seudónimo: Saint Just

Artículos


01/09/2013

NOTICIA. Obama consultará al Congreso de EEUU sobre un ataque a Siria

 

Siria y la guerra psicológica en las guerras de agresión de EEUU y la OTAN

Toda guerra de agresión precisa de una preparación psicológica de la retaguardia civil para evitar divisiones que puedan hacer fracasar la agresión. Se demostró en la guerra de Vietnam que EEUU la perdió no solamente en el campo de batalla sino también por la fuerte oposición interna.

Las justificaciones de las guerras de agresión de EEUU y de la OTAN se asienta en la consideración de gran parte de su ciudadanía de la supremacía política mundial de estas naciones sobre el resto, lo que les confiere una pretendida legitimidad para agredir a otros países en base a hechos inventados o magnificados como motivo de su agresión.

Esta consideración supremacista principalmente de los antiguos imperios coloniales francés y Británico, de EEUU y de su aliado Israel, obvia el principio de que la soberanía de las naciones es inviolable, por la cual, ninguna guerra de agresión es legítima y carece además de justificación legal internacional, pues es competencia del Consejo de Seguridad de la ONU adoptar medidas sobre la legalidad de la intervención de un país sobre otro y siempre con objetivos definidos.

En la preparación psicológica de la retaguardia civil para la agresión los grandes medios de comunicación son los instrumentos de propaganda encargados de la misma. La premisa principal es dar por sentado que EEUU tiene legitimidad para atacar a otro país si se demuestran los hechos sobre los que fundamenta su ataque. Es éste un argumento falaz, pues, incluso aunque se demostraran los hechos en los que se justifica la agresión (en el caso del uso de armas químicas en siria que causaron recientemente la muerte a cientos de personas), no implica que EEUU pueda convertirse en el policía mundial, ese papel le corresponde a la ONU.

Actualmente con el desarrollo de Internet la capacidad propagandística de los grandes medios de comunicación sujetos a la disciplina de la OTAN se ve limitada, al existir otras fuentes de información que vierten noticias y opiniones contrarias, bien sean rusas, chinas, latinoamericanas…, que permiten burlar la censura de los medios occidentales y tener una visión contrastada de los hechos que nos informan, aunque desafortunadamente el recurso a fuentes de información no occidentales solo preocupa a una parte de la ciudadanía, quedando la mayoría sujeta a la propaganda de guerra.

 

Por otra parte, las guerras de agresión para evitar fisuras en la población civil precisan ser cortas, pues en la guerra prolongada la reiteración de noticias de las atrocidades de la guerra aumenta el malestar ciudadano y, con ello, la justificación de la guerra se debilita. Ello se vio no solamente en la guerra de Vietnam sino también en la de Irak y Afganistán. El éxito del principio de soberanía como fundamento principal de la convivencia entre naciones se fraguó en las guerras prolongadas de años e incluso décadas de las colonias por su emancipación colonial de los imperios europeos.

El triunfo en la guerra corta no asegura la victoria en la guerra prolongada definitiva, demostrándose que la descolonización históricamente no es reversible, y el recurso a la fuerza sirve solamente ya como amenaza y como instrumento de destrucción de las infraestructuras de los países agredidos. Los intentos de EEUU de gobernar el Oriente Medio con presencia militar y administración directa, bases en las que se asienta el colonialismo, se demostraron fallidos en la primera década del presente siglo, habiendo dejado en este intento tras su paso por Irak y Afganistán dos países devastados económicamente.

No obstante, ambas derrotas militares anunciaron un tiempo, consustancial para todos los imperios habidos, y que han experimentado una secuencia de tres fases: inicio, auge y decadencia. 1. los inicios se corresponden con una expansión militar relativamente rápida donde se subordinan amplios territorios; 2. el período de auge se corresponde con el mantenimiento del estatus quo territorial basado principalmente en lo que puede denominarse el poder blando, es decir, la cultura; 3. el período de decadencia se produce a partir de que se precisa de nuevo del poderío militar, pero no para su expansión sino para su mantenimiento, en esta última fase todos los imperios han sucumbido.

Actualmente EEUU, debido a la emergencia de las naciones donde habita la mayoría de la humanidad interesadas en un escenario de paz y desarrollo para fraguar su futuro económico, se encuentra en esta tercera fase de retroceso, en la que mantener su hegemonía mundial implica tener que recurrir reiteradamente a la guerra o la amenaza. En esta fase el discurso de la supremacía política mundial es más difícil mantenerlo y con ello los argumentos de la guerra psicológica para justificar su papel de policía mundial se debilita dentro y fuera de sus fronteras,

No obstante, los estrategas norteamericanos no entienden que se encuentran en esa tercera fase militar de su declive, lección ya aprendida por el imperio colonial francés, o por el británico, y persistirán en su política de confrontación, hasta que esta política le lleve a un alto grado de aislamiento internacional.

La escalada de declaraciones de EEUU en el conflicto de Siria pretende que las potencias del Consejo de Seguridad se avengan a una política de apaciguamiento y autoricen una intervención occidental en Siria que permita, en palabra de Jhon Kerry, reequilibrar la situación militar interna para a continuación convocar la conferencia de Ginebra con una relación favorable de fuerzas militares insurgentes aliadas de la OTAN en suelo sirio, pero es poco probable que tal escalada verbal logre impresionar a Rusia y China miembros permanentes del Consejo de Seguridad tras lo acontecido en Libia; entonces China y Rusia autorizaron la imposición de una zona de exclusión área sobre Libia para contentar a EEUU y este país y las potencias de la OTAN, interpretaron esa aprobación a su antojo. Ello ha llevado a Rusia y China a ser más cautos en el conflicto en Siria, tras comprobar que a las potencias militarmente beligerantes no se les aplaca con medidas de apaciguamiento sino solamente desde la firmeza. La historia está cargada de ejemplos en ese sentido.

 

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