14/03/2016
NOTICIA.
El 13/03/2016, el partido derechista Alternativa para Alemania (AfD)
obtuvo representación en tres nuevos parlamentos regionales.
NOTICIA.
El 14/03/2016, Rusia, coincidiendo con el inicio de las negociaciones
entre el Gobierno de Siria y la oposición, decide retirar el grueso de
sus fuerzas armadas de Siria.
La crisis de la UE y la ausencia de una política exterior soberana
El 13/03/2016, el partido
derechista Alternativa
para Alemania (AfD), con
un discurso plagado de referencias a la crisis de refugiados, obtuvo
representación en tres nuevos parlamentos regionales donde
aproximadamente 12,7 millones de personas estaban llamadas a votar,
alcanzando el 12,6 por ciento de los sufragios en Renania-Palatinado;
15,1 por ciento en Baden-Württemberg, y el 24,1 por ciento en Sajonia-Anhalt,
donde se posicionó como el segundo mayor partido tras la CDU, un
resultado inédito desde la Segunda Guerra Mundial donde ningún partido a
la derecha de la CDU había obtenido representación parlamentaria, y que
podría aumentar en las próximas regionales de Berlín y Mecklemburgo-Antepomerania.
El 14/03/2016, el Gobierno
de Siria y la oposición han iniciado una nueva ronda de diálogos para
lograr la paz, mientras el cese de hostilidades en este país sigue en
pie. La negociación se realiza siguiendo los criterios de la
resoluciones del CSNU 2254 del
2015 y la 2268 del
2016, para poner fin al conflicto Sirio, y sobre la base de la
iniciativa del cese de hostilidades acordada por EEUU y Rusia. Ese mismo
día Rusia considerando que se han puesto las bases para avanzar en el
proceso de paz, decidió retirar el grueso de sus fuerzas armadas de
Siria, operativas en ese país desde septiembre del 2015, en base al
acuerdo entre el gobierno ruso y el Gobierno sirio.
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La conexión política de las
noticias anteriores se
puede encontrar en las políticas desestabilizadoras seguidas por EEUU,
la UE, la OTAN, Israel, Turquía y Arabia Saudita en la región del
Próximo y Medio Oriente y el Norte de África desde el 2011, para el
derrocamiento de los regímenes surgidos de los procesos de
descolonización, particularmente, en Túnez, Libia y Siria, y que unió el
interés de Arabia Saudita de extender el wahabismo, de Israel de
debilitar a sus adversarios, y el de la OTAN para neocolonizar estos
países.
Sin embargo, las
pretensiones iniciales, no resultaron como los estrategas de la OTAN
habían previsto. La desestabilización de Siria, Irak, Libia, Egipto y
Túnez han terminado derivando en una situación política y humanitaria
catastrófica, la cual: 1. ha favorecido el auge del terrorismo jihadista;
2. ha mostrado el fracaso de la política estadounidense en la región; 3.
ha propiciado la intervención de Rusia en Siria; 4. ha desestabilizado
políticamente a la UE, y 5. ha revelado la carencia de una política
exterior soberana de la UE.
(1) El auge del Estado
Islámico
La supuesta motivación
prodemocrática que parecía inspirar el apoyo con dinero, armas y
mediáticamente a los sublevados en Siria y Libia y la intervención
directa de la OTAN en este último país, se ha desvelado como una
falacia, que ya se vislumbraba en los principios de la denominada como
“primavera árabe”, pues los sublevados carecían de convicciones
democráticas, y en su mayoría, como se ha demostrado a posteriori, han
pasado a engrosar la filas de diversos grupos jihadistas, dando lugar al
auge del Estado Islámico que opera principalmente en Irak, Siria y
Libia, habiéndose convertido desde que comenzó la primavera árabe en el
año 2011 en el grupo terrorista más importante del planeta.
En 2014, el Estado
Islámico completó su toma de la ciudad oriental siria de Raqqa y
conquistó la iraquí Mosul. Con el tiempo se hizo con un territorio a
ambos lados de la frontera entre los dos países, un área del tamaño de
Gran Bretaña, y en el proceso consiguió armas y financiación a través
del contrabando de petróleo y la destrucción de monumentos históricos
como templos en la ciudad antigua de Palmira para comerciar
antigüedades. Ha realizado matanzas de minorías principalmente
cristianos; institucionalizado la esclavitud sexual, ejecutando a sus
rivales en macabros espectáculos de violencia; coordinado ataques
terroristas en lugares que van desde Francia a Yemen; se ha establecido
en el norte de Libia, y ha agrupado a miles de jóvenes jihadistas
europeos que han viajado vía Turquía para unirse a sus filas en Siria.
(2) El cambio de
política de EEUU en la región del Próximo y Medio Oriente
EEUU desde la invasión de
Afganistán, la posterior de Irak y con su implicación en la
desestabilización de la región del golfo pérsico lleva 15 años sumido en
conflictos militares en esa región, su intervención lejos de haber
contribuido a los objetivos inicialmente declarados de acabar con el
terrorismo y sustituir los regímenes despóticos por sistemas
democráticos, ha derivado en la situación contraria. El terrorismo
jihadista ha alcanzado un grado de organización con el Estado Islámico
que no existía cuando EEUU desembarco con sus fuerzas armadas en la
región a principios de siglo. El despotismo de la monarquías
absolutistas no ha cambiado, y el combate al régimen de Gadafi y Al Asad
ha terminado en una desestabilización política y social dramática. Tal
vez son estos resultados, lo que le ha llevado a solucionar de forma pacífica el
contencioso iraní, y a establecer un acuerdo con Rusia para hallar una
solución al conflicto sirio.
(3 El resurgir de Rusia
en la región del Próximo y Medio Oriente
Una vez terminado el
contencioso nuclear iraní con la aprobación por el CSNU en julio de 2015
de la resolución 2231,
Rusia se decidió a dar el paso de apoyar al gobierno sirio para frenar
el auge desestabilizador propiciado principalmente por el Estado
Islámico, en el entendimiento que el avance del mismo suponía un peligro
para su expansión en regiones de Rusia. En septiembre del 2015, tras
llegar a un acuerdo con el gobierno sirio, Rusia envió a su fuerza aérea
para combatir a los grupos terroristas en Siria. Seis meses después la
intervención de Rusia ha sido decisiva para situar al ejército árabe
sirio a la ofensiva y posibilitar conjuntamente con EEUU un cese de
hostilidades y el inicio de negociaciones entre el gobierno sirio y los
opositores para implementar la Hoja de Ruta establecida por el CSNU en
la resolución 2254 del
2015. El 14/03/2016, Rusia, coincidiendo con el inicio de las
negociaciones entre el Gobierno de Siria y la oposición, decidió retirar
al grueso de sus fuerzas armadas de Siria, una vez que ha considerado
cumplidos los objetivos principales de debilitar al Estado Islámico y
creadas las condiciones para el diálogo entre el gobierno sirio y la
oposición.
(4) La
desestabilización política de la UE
El conflicto sirio ha
creado un drama humanitario de refugiados que se están trasladando a los
países de la UE. Más de un millón lo hicieron en 2015. Miles de personas
han muerto tratando de cruzar a Europa por mar. Las llegadas, que siguen
sin cesar, han despertado solidaridad pero también xenofobia y han
golpeado el sistema de libre tránsito en el seno de la UE. Ahora se
levantan vallas en la ruta de los refugiados de los Balcanes y Grecia a
Alemania y Centro y Norte de Europa, mientras decenas de miles esperan
en condiciones deplorables en el sureste de Europa a que se procesen sus
solicitudes de asilo. Por otra parte, la UE también ha experimentado las
consecuencias de la desestabilización terrorista. Los atentados en París
en noviembre del 2015, convulsionó a la ciudadanía europea y cuestionó
la seguridad en toda Europa.
(5) La ausencia de
una política exterior soberana de la UE
La Unión Europea ha
conseguido realizar notables avances en su proceso de integración
económica y política interna pero en lo relativo a política exterior
carece de la misma, no solamente porque es una competencia que cada
Estado parece no querer renunciar, sino porque la misma está mediatizada
o relegada a lo que EEUU pueda disponer en esa materia. Con la salvedad
de Reino Unido y Francia, la política exterior no forma parte de ninguna
campaña electoral, un indicador de lo poco que interesa a la ciudadanía
de la UE la misma. Las naciones de la UE subordinan su política exterior
a lo que dicte EEUU por encima de la coordinación de la misma para que
la UE tenga una voz soberana. La UE no solo carece de coordinación en
política exterior sino que carece de criterios rectores, entre los que
debiera figurar con carácter prioritario el principio de favorecer la
estabilidad de los países vecinos y las buenas relaciones con los
mismos. Lejos de ello, la UE ha alentado la desestabilización en el
Norte de África con su intervención en Libia en el año 2011, y ha
contribuido a crear un profundo drama humanitario en Siria con su
implicación en alentar durante años la guerra para el derrocamiento del
gobierno sirio.
Si habría que considerar
el beneficio que la UE ha obtenido de esta política, el mismo es nulo,
por el contrario, se ha vuelto en su contra como un trágico boomerang en
forma de millones de refugiados. La pregunta que surge ante esta
realidad, es ¿por qué los mandatarios de la UE son tan incompetentes en
política exterior, que no han sabido anticipar las trágicas
consecuencias de la misma? La respuesta no hay que buscarla solamente en
la incompetencia, sino en la dejación de las funciones de política
exterior en manos foráneas, es decir en manos de EEUU. Incluso las
iniciativas de EEUU habría que buscarlas en las presiones de sus aliados
en la región principalmente de Israel, Arabia Saudita y Turquía en
consonancia con los grupos más belicosos del aparato de Estado
estadounidense entre las que se situaba en su día la secretaria de
Estado Hillary Clinton*,
que habría tenido un papel fundamental en alentar la guerra en Libia y
Siria, y a la que Obama terminó sustituyendo por el actual Secretario
John Kerry quien ha sido un diplomático infatigable para enmendar la
política destructiva de su predecesora y restablecer la paz en el
Próximo Oriente. Una reflexión que llevaría a Barack Obama a manifestar en una entrevista concedida
a la revista The
Atlantic, su decepción con algunos de sus aliados en la
región obsesionados por arrastrar a una nueva guerra a EEUU contra
Siria. Y Lamentablemente, no será hasta que EEUU, reconsidere
el camino a ninguna parte al que le conduce su política en el Próximo y
Medio Oriente, cuando la UE acepte que la estabilidad política de la
región y la paz es la mejor política exterior.
El acuerdo entre EEUU y
Rusia, del 11/02/2016, para establecer un alto el fuego en Siria entre
el gobierno Sirio y los alzados en armas contra el mismo, sin incluir
al Estado Islámico (EI) y el Frente al Nusra, es una muestra de la poca
relevancia de la UE en la política exterior que más cerca le toca por la
crisis de refugiados que le atenaza, habiendo tenido que ser Rusia y
EEUU quienes hayan tomado la iniciativa.
Resulta paradójico que
tras la conmoción que está suponiendo para la sociedad europea el drama
de los refugiados y que está provocando el auge de partidos políticos
nacionalistas y xenófobos como Alternativa
para Alemania, no aparezca en primer plano la necesidad de dotar a
la UE de una política exterior soberana que en la actualidad debiera
tener como prioridad devolver la paz a Siria y establecer un plan de
ayudas para la reconstrucción del país, lo que permitiría que los
refugiados pudieran volver a su país, con lo cual la política de asilo
en la UE de los refugiados sirios sería lo más temporal posible.
Sin embargo lejos de eso
la UE sigue protegiendo a Turquía ignorando el papel desestabilizador
del gobierno turco en Siria, prestándole ayudas económicas para contener
a los refugiados sirios en su territorio, cuando ese dinero luego se
puede usar en sus políticas agresivas contra Siria. Ignora que
ni Turquía ni Arabia Saudita están interesados en la Paz en Siria pues
ambos ambicionan el control sobre esa nación, y continua vendiéndole
armas a la absolutista monarquía saudí.
La política sobre Siria es
la piedra angular sobre la que la UE debiera adoptar una posición
unitaria e inequívoca que priorice la Paz y la reconstrucción del país,
oponiéndose a las políticas destructivas de Turquía y Arabia Saudita.
Aunque un cambio de esta
naturaleza supone la definición de un nuevo concepto de la política
exterior, donde se ponga fin al discurso de alentar el cambio violento
de regímenes por el de favorecer el diálogo y los cambios graduales que
permitan transformaciones políticas sin convulsiones sociales.
La experiencia de Siria y
Libia demuestra que no
se puede propiciar el caos pensando que el resultado puede ser
controlado, sino que el caos termina activando variables políticas
imprevisibles como
están resultando ser, la crisis de los refugiados y el auge de la
xenofobia en la UE.