China y Occidente en el Mundo
1º Las relaciones
políticas que mantienen los países del mundo con China, se pueden dividir en dos
grandes apartados, en el primero estarían los países Occidentales, o países
ricos, y en el segundo, los países pobres y emergentes entre los que destacan
por su importancia Brasil, Rusia e India,
2º La relación de
Occidente con China, es una relación de amor, odio, o la que ha venido en
denominarse para China la política de golpe y contacto. Por una parte Occidente
se ha beneficiado, en los últimos años, de los productos de exportación baratos
de China, y en la presente crisis económica espera beneficiarse de la
reactivación interna de China, pero este interés es contradictorio, pues, si
bien a Occidente le interesa que China se reactive económicamente para
beneficiarse de su crecimiento, también teme las consecuencias políticas que
ello implica de un mayor peso de China en la esfera internacional. Por ello,
esta política de golpe y contacto, se manifiesta, por una parte, en favorecer el
contacto en las relaciones económicas con China, pero a su vez, en una política
de golpe en las relaciones políticas a través de campañas orquestadas contra
China para intentar desprestigiarla en el ámbito internacional, con el fin de
que su protagonismo económico no se manifieste en un mayor liderazgo político.
3º A diferencia de
este bloque de países, la relación de los países del Tercer Mundo y emergentes
con China es diferente, su relación se basa únicamente en la política de
contacto, pues, China constituye una alternativa de oportunidades económicas
frente a la dependencia secular que han tenido y tienen del consumo de los
países ricos, y no temen a la influencia política China, pues la misma se basa
en el respeto a los asuntos políticos internos de cada país.
4º Las relaciones
políticas que China aplica para todos los países del mundo se basa en el mismo
principio, el respeto entre iguales y la no injerencia en los asuntos internos
de cada país, pero aunque el principio es igual para todos, como la
correspondencia a este principio político por parte de los países occidentales
no es sincera, la política de China con ellos, se basa en el principio de
profundizar en lo que considera la parte buena de las relaciones y combatir la
parte mala de las mismas.
5º La manera que
tienen los países occidentales de golpear ideológicamente a China es
autoproclamando su sistema político democrático como el más evolucionado de la
historia de la humanidad por estar basado en la libre pluralidad política. Este
mensaje tiene una verdad y una mentira, la verdad es que la libertad de
asociación política constituye un estadio superior de la democracia, y la
mentira, es que las democracias occidentales no respetan la soberanía política
de otros países y tratan de inmiscuirse en sus asuntos, provocando a veces
guerras, por lo que sus relaciones con otros países no son democráticas, sino
prepotentes y dictatoriales, producto de la tradición de los imperios coloniales
que se justificaron en que había que llevar la civilización a los pueblos
atrasados, y ahora se justifica en base a exportar la democracia, cuando el
principio democrático sustancial en las relaciones internacionales es la no
injerencia en los asuntos internos de otros países, en la consideración que cada
nación tiene su propio ritmo histórico, en la solución de sus problemas.
6º A diferencia, China
aporta a la humanidad al bagaje político democrático del principio de las
relaciones entre iguales entre todos las naciones del mundo, basado en el
respeto a su soberanía con independencia de su sistema político, considerando
que los cambios democráticos tanto en China como en los diferentes países deben
protagonizarlos sus habitantes, sin injerencias extranjeras.
7º La pregunta que
cabe hacerse sobre los países occidentales, es: si éstos pueden cambiar sus
comportamientos antidemocráticos de inmiscuirse en los asuntos internos de otros
países, y la respuesta es que la política de injerencia seguida en las últimas
décadas por estos países, demuestra su incapacidad para cambiar la misma, debido
a que arrastran la herencia dictatorial de su tradición colonial e imperialista
y necesitan que prevalezcan sus intereses económicos, aunque ello suponga
lastrar el desarrollo económico de los países bajo su dependencia política.
8º Si bien, con la
llegada al gobierno de EEUU del partido demócrata con Obama a la cabeza, ha
supuesto un giro en la política internacional, basada en el predominio de la
fuerza de la anterior administración republicana, por una política de escuchar y
dialogar con los diferentes países del mundo, esta política no deja de estar
condicionada por los intereses que como potencia imperialista tiene EEUU en el
mundo, y está muy lejos de basar sus relaciones en el principio de no injerencia
en los asuntos internos de otros países.
9º El sistema político
vigente en China se basa en el sistema de partidos del Frente Único liderados
por el PCCh, que dio lugar a la fundación de la actual Republica Popular en la
parte continental de China, de la que quedó excluido el KUOMITANG por la
confrontación militar entre ambos bandos, quedando éste partido recluido en la
isla de Taiwán. Los treinta años de reforma y apertura en China han sido un gran
paso adelante en materia de avances económicos, sociales y democráticos, pero la
pregunta que cabe también hacerse es, si China puede superar la herencia del
periodo de la Guerra Fría de seguir mirándose a si misma y comenzar a
desarrollar el rol no solo económico sino político que tiene que jugar en el
Mundo atendiendo a la necesidad, cada vez más imperiosa de la humanidad, de
avanzar en la construcción de un mundo multipolar basado en la democracia y la
justicia social mundial, y precise, por ello, de un cambio cualitativo interno,
cambio que solamente puede venir de la reconciliación de las tradiciones
democráticas y revolucionarias de la China moderna, es decir, la reunificación
de la tradición de la república de 1911, y la república de 1949, reconciliación
que debe venir del estrechamiento de las relaciones políticas, económicas y
culturales con Taiwán, y del hermanamiento entre el PC-Ch y el KOUMITANG.
11º La reunificación y
reconciliación de China, solo será una realidad cuando el PC-Ch sea reconocido
en Taiwán y el KOUMITANG en la parte continental de China. Si bien el
entendimiento entre el el PC-Ch y el KOUMITANG han mejorado desde que éste
gobierna en Taiwan, ello precisa de un recorrido histórico para lograr una
reforma institucional pactada, pero que duda cabe, que ello permitiría a China
adquirir la legitimidad para asumir el liderazgo de un discurso universal de
fraternidad y respeto entre naciones convirtiéndola en un referente que
alumbrase y guiase con el ejemplo de su hacer económico y político a los pobres
del mundo en el camino de su prosperidad.
12º Es evidente, que
la unión de las dos tradiciones democráticas, la de la pluralidad política, y la
del respeto entre naciones, sería el mayor avance a favor de la democracia y la
paz que se podría dar en la historia del género humano. El gobierno de EEUU está
abandonando su política arrogante de poner en las relaciones con otros países en
primer lugar la fuerza y la injerencia, lo que implica, a pesar de sus intereses
creados como potencia imperial, que está caminando hacia una política de diálogo
con el resto de países. El gobierno de China en su política de reforma y
apertura camina hacia una mayor democratización y de desarrollo legislativo de
los derechos de la persona, con lo que se podría concluir, y sería deseable, que
desde tradiciones distintas China y EEUU pudieran caminar hacia objetivos
comunes.
13º No obstante, lo
que determina el rumbo final de una política en la esfera mundial, no son las
conveniencias tácticas de adaptación a la coyuntura histórica nacional e
internacional, sino los objetivos finales de la estrategia política derivada de
la ideología que rige la misma, y la que a la postre tiene más posibilidades de
triunfar es la que tenga como finalidad conseguir el bienestar social y la
libertad de todo el género humano en armonía con el medio ambiente, donde las
naciones no sean sino puentes hacia la integración política y económica mundial
en pro de esos objetivos.
14º La convicción y la
sinceridad en esos postulados es lo que va hacer que la humanidad reconozca a
las naciones líderes que precisa para hacerle avanzar en ese camino.
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Javier Colomo Ugarte
Doctor en Geografía e Historia