Ensayos filosóficos
La filosofía plantea las preguntas y la
ciencia las responde, y sobre esas respuestas la filosofía plantea nuevas
preguntas
Ensayo 1: Diálogos: siglo
XXI
Ensayo 2: El mito y el Logos
Ensayo 3: El Universo
ENSAYO FILOSÓFICO 1
Diálogos desde el
siglo XXI sobre los orígenes del universo, la vida y la especie humana
Año 2011
Autor
Javier Colomo Ugarte
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Lector de
Libros
ÍNDICE
Introducción
Participantes
TEMAS
El Universo
La vida
La especie humana
Introducción
El presente ensayo se articula en base a un debate
ficticio en el que varias personas de convicciones diferentes discuten sobre los
Orígenes del Universo, la Vida y la Especie Humana. La discusión pretende
mostrar al lector el debate de estos temas entre una concepción filosófica
materialista o idealista en estas grandes preguntas que el género humano viene
realizándose a lo largo de la historia, situando este debate en los comienzos
del siglo XXI, donde tanto la concepción materialista como idealista deben tener
en cuenta las teorías científicas actuales así como los límites y carencias
existentes en las mismas.
Participantes
Los personajes ficticios de
diferentes convicciones participantes en estos
diálogos son:
ROSA (atea).
ADAM (creyente).
NELSON (creyente).
ZHAO (agnóstico).
JACQUES (escéptico).
MODERADORA (escéptica).
TEMAS
-------------
ORÍGENES
El Universo
MODERADORA (escéptica)
El procedimiento que vamos a seguir para todos los
temas consistirá en que cada participante, expondrá un breve resumen de su punto
de vista sobre el tema. A continuación se abre un debate. Al final yo realizaré
una síntesis.
ROSA (atea)
El universo es materia, fuera de la materia no
existe nada, su formación es una incógnita, de la que tal vez, alguna vez
tengamos respuestas materiales certeras para explicarlo. Actualmente la teoría
del “Big
Bang”, es la mejor formulación realizada dentro de la explicación material.
ADAM (creyente)
El “Big Bang” es una buena formulación dentro de la
ciencia, pero no resuelve los orígenes del universo, porque éstos están más
halla de la ciencia, su explicación hay que buscarla en una fuente creadora
metafísica.
NELSON (creyente)
Creo que hay que separar la explicación científica
del origen del universo de otras explicaciones religiosas. No es un problema que
ambas convivan.
ZHAO (agnóstico)
El origen del universo, es un campo que pertenece al
campo de las convicciones, pero si nos aferramos a la explicación metafísica,
estamos poniendo límites a una explicación material, por ello, creo que debemos
buscar respuestas en el ámbito material, aunque actualmente no tengamos todas
las respuestas y, quizás nos las tengamos nunca.
JACQUES (escéptico)
La explicación que yo puedo aceptar sobre los
orígenes del universo, no puede estar más allá de la explicación material, pero
dudo que la teoría del “Big Bang”, sea una respuesta definitiva.
MODERADORA (escéptica)
Después de estas primeras explicaciones, pasamos a
debatir el tema.
ROSA (atea)
Tal vez la teoría del “Big Bang”, no sea una
respuesta definitiva, pero está dentro de una explicación material y científica.
ADAM (creyente)
Suponiendo que en el “Big Bang”, este el origen del
universo, no cabe preguntarse a continuación ¿Quién dio origen al “Big Bang”?
fue espontáneo o estuvo la mano del Dios creador detrás.
NELSON (creyente)
Eso es lo que creemos las personas que creemos en
Dios.
ZHAO (agnóstico)
La pregunta de ¿quién dio lugar al “Big Bang”?
también habría que hacerla sobre ¿quién dio origen a Dios? ¿otro Dios? son
preguntas que se hace nuestra mente, a la que intentamos darle respuestas desde
nuestra propia mente para calmar rápidamente nuestra inquietud. Pienso que poner
a Dios como origen del universo, solo está en nuestra mente.
JACQUES (escéptico)
Es evidente que existe un universo y que formamos
parte de él, pero soy de los que opino que la “razón” debe operar para abrir
interrogantes incluso a las hipótesis más acordes con el pensamiento científico,
sino, es muy fácil conformarse y por lo tanto inmovilizar la razón si aceptamos
como axiomas lo que la comunidad científica cree más probable en un momento
dado.
ROSA (atea)
Efectivamente, existen, en la comunidad científica,
diversas hipótesis sobre el origen, funcionamiento y final del universo, aunque
todas apuntan a un origen común el “Big Bang”, no existen coincidencias sobre su
final y, si su final, no es sino de nuevo el principio de otro estadio del
universo, me estoy refiriendo al "Big-Crunch"
o la Gran Implosión, cuando toda la materia se acaba por condensar en un solo
punto y el universo tal vez se vuelve a expandir.
ADAM (creyente)
No entiendo porque debemos hacernos preguntas
únicamente en el campo de la razón y no de la metafísica, es evidente que no
parece lógico aceptar que Dios se creo a si mismo y negar que la materia pueda
hacerlo, pero creo que no existe ninguna evidencia, experimento, ni posibilidad
científica conocida hasta ahora donde la materia se pueda crear de la nada, "Ex
nihilo nihil fit" (nada nace de la nada), por
lo que es necesario ir más allá de la explicación puramente material.
NELSON (creyente)
Hay preguntas en nuestra mente, perfectamente
lógicas y racionales, que no tienen explicación dentro del campo de la
naturaleza, por ejemplo, al concepto de lo infinito. En la materia todo tiene un
principio, un proceso y un final, no se puede demostrar materialmente el
infinito, se puede aceptar, o no, que el “Big Bang” y el "Big-Crunch" se hayan
estado repitiendo infinitamente pero en los procesos físicos no existe esa
posibilidad, por lo qué, si aceptamos esa hipótesis estaríamos aceptando
implícitamente una explicación metafísica.
ZHAO (agnóstico)
Lo finito y lo infinito, son categorías temporales,
y puesto que la percepción que hacen nuestros sentidos del entorno se rige por
procesos físicos aplicamos a los mismos el tiempo para medirlos y, nuestra razón
se pregunta por un proceso que no tenga principio ni final en el tiempo, pero
¿existe realmente el tiempo absoluto? o es una percepción subjetiva. En la naturaleza no existe el tiempo absoluto, sino el movimiento o tiempo
relativo a cada proceso físico, sino hubiera movimiento no habría tiempo. En un
universo estático existiría la materia pero no el tiempo. Cada proceso físico
tiene su movimiento y, por lo tanto, tiene su propio tiempo. Convencionalmente
podemos aplicar una medida común para todos los procesos, por ejemplo, el año,
el segundo,…, para medir y comparar distintos procesos físicos, por ello decimos
el universo tiene una existencia de catorce mil millones de años porque es la
distancia que podemos estimar que el movimiento de la luz nos sitúa en los
orígenes del “Bing Bang”, o la vida media de una persona es de ochenta años
porque es el proceso medio que nuestras células nos permiten vivir, pero en
realidad cada tiempo es diferente porque cada proceso físico es diferente; el
tiempo es el movimiento de un proceso físico que dura mientras la materia cambia
de un estadio a otro,
bien sea en forma de
materia o energía, y la irreversibilidad se produce porque
termodinámicamente el espacio es un sistema con diferentes
temperaturas y por ello está sujeto al segundo principio de la
termodinámica de que en todo foco térmico existe una pérdida
irreversible de energía en forma de calor
hacia el espacio más frío, por lo que la materia
no puede volver al estado precedente. La metáfora de Demócrito de hace
2400 años, de que nunca nos bañamos en el mismo río porque el agua fluye
y, por lo tanto, siempre cambia, ilustra esas dos condiciones,
movimiento e irreversibilidad del movimiento.
JACQUES (escéptico)
Efectivamente, por ello pienso que la teoría del
“Big Bang” y el "Big-Crunch" de forma continua es un tanto absurda, como se
puede saber que un "Big-Crunch" del universo va a producir un nuevo “Big Bang”.
Lo que conocemos es que el movimiento de los procesos físicos genera un
incremento de la
entropía, y según el
segundo principio de la termodinámica, los procesos reales, son siempre
irreversibles, siempre aumentará la entropía. Así como "la
energía no puede crearse ni destruirse", la entropía puede crearse pero no
destruirse. Podemos decir entonces que "como el Universo es un sistema aislado,
su entropía crece constantemente con el tiempo". Esto marca un sentido a la
evolución del mundo físico, conocido como
flecha del tiempo (Arthur
Eddington), que se refiere a la característica de la irreversibilidad de
los procesos físicos.
Ahora bien, cuando la entropía sea máxima en el
universo, esto es, exista un equilibrio entre todas las temperaturas y
presiones, llegará
la muerte térmica del Universo (enunciado por
Clausius). Toda la energía se encontrará en forma de calor a una misma
temperatura y no podrán darse transformaciones energéticas, entonces no
existirán procesos físicos, existirá la materia pero no el tiempo, puesto que no
habrá movimiento.
ROSA (atea)
Ello no situaría, en la hipótesis del “Gran
Desgarramiento” (“Big
Rip”) o expansión del universo hasta el final del tiempo, o mejor dicho del
movimiento. Aunque la clave de esta hipótesis cosmológica sobre el destino
último del Universo es la cantidad de
energía oscura en el Universo. El valor clave estaría en la razón entre
la fuerza expansiva de la energía oscura y la densidad media de la materia que
compone el Universo. Si el Universo contiene suficiente energía oscura que le
impida contraerse, podría acabar en un desgarramiento de toda la materia,
primero, las galaxias se separarían entre sí, luego la gravedad sería demasiado
débil para mantener integrada cada galaxia, los sistemas solares perderían su
cohesión gravitatoria y en los últimos momento se desbaratarían estrellas y
planetas, y los átomos serían destruidos antes del fin del tiempo, de esta
manera, en el Big Rip el Universo se convertiría en partículas subatómicas
flotantes que permanecerían para siempre separadas, sin cohesión gravitatoria ni
energía alguna. Los autores de esta hipótesis calculan que el fin del Universo,
se produciría 35.000 millones de años después del “Big Bang”, es decir, dentro
de 20.000 millones de años. A diferencia el Big Crunch, se produciría porque la
fuerza expansiva de la energía oscura de todo el Universo no sería lo
suficientemente fuerte para evitar que la fuerza gravitatoria de la materia lo
contraiga hasta condensarlo en un solo punto.
ADAM (creyente)
Físicamente parece que se puede dar una explicación
al tiempo, no existe el tiempo absoluto, sino el tiempo relativo al movimiento
de cada proceso físico, el principio del tiempo es el principio del movimiento,
y el final del tiempo, es el final del movimiento de todos los procesos físicos.
En la hipótesis del “Big Rip” parece que existe un final evidente del tiempo
aunque no de la materia, por ello la pregunta principal es si ha existido un
principio del tiempo como se activó el “Big Bang”. Entiendo que no hay respuesta
física.
NELSON (creyente)
Si descartamos la hipótesis del “Big Rip”, y tomamos
la hipótesis del "Big-Crunch" tampoco creo que se haya dado una respuesta
material al principio y final del tiempo o, del movimiento de los procesos
físicos, pues el "Big-Crunch" sería el inicio de un nuevo universo, por lo que
estaríamos en la duda de si estamos en el universo del primer “Big Bang” del
segundo, del tercero o de infinitos “Big Bang”.
ZHAO (agnóstico)
No necesariamente la hipótesis del Big-Crunch"
impide dar una explicación al principio y el final del movimiento. Con el “Big
Bang” se produjo la fuerza expansiva de la energía oscura que hace que el
universo siga actualmente en expansión. La energía oscura antecede a la
formación de la materia, es decir que el universo se expande como un globo que
se hincha progresivamente debido a la fuerza de la energía oscura, pero la
relación entre energía oscura y materia progresivamente adquiere un razón
inversa, es decir, que la energía de la expansión, en la medida que el proceso
expansivo se dilata, cede a la densidad media del universo o de su masa, y el
espacio se llena de materia en forma de galaxias estrellas etc. En los inicios
del “Big Bang”, en la relación entre la fuerza de la energía oscura y la fuerza
gravitatoria, la fuerza de la energía oscura sería mayor de la que existe ahora
(13.700 millones de años después) respecto de la gravitatoria, posteriormente al
ceder el impulso de la energía oscura la fuerza gravitatoria daría lugar a la
formación de las galaxias estrellas y planetas y después, en la medida que las
estrellas por el segundo principio de la termodinámica agotan su energía,
colapsadas por la fuerza de gravedad comenzarían a formarse los
agujeros negros, mientras que en las partes más alejadas del universo sigue
predominando la fuerza de expansión de la energía oscura, pero la formación de
los agujeros negros indica ya el declive de la fuerza inicial del “Big Bang”, de
tal manera que en el momento actual, el universo se expandiría con velocidades
diferentes en donde se concentra la materia y sus límites.
La hipótesis de que el Universo se expande a una
velocidad cada vez mayor, es reflejo de esa situación, es la trampa que cae el
observador situado en un plano donde la energía oscura se mueve a una velocidad
menor que en los límites del universo. Pero debe haber un momento que en los
límites del universo ceda definitivamente la fuerza de la energía oscura, lo que
tal vez esté en función del aumento del incremento de la entropía en el
universo, de tal manera que cuando la entropía del universo sea máxima, según el
segundo principio de la termodinámica, no existirán procesos energéticos y por
lo tanto la fuerza gravitatoria será la que determine el cambio de la expansión
del universo a la implosión del mismo, y en ese momento por un instante el
tiempo o movimiento se detendrá, después el universo experimentará un proceso
inverso donde la materia será arrastrada a un único agujero negro o
“Big-Crunch”.
JACQUES (escéptico)
Desde luego parece un contrasentido ignorar la
evolución de la fuerza gravitatoria. Un agujero negro es un estadio superior del
progreso de la fuerza gravitatoria en el universo. En los primeros momentos del
“Big Bang” la fuerza de expansión de la energía oscura sería máxima y por lo
tanto impediría la agrupación de los átomos y la formación de núcleos de materia
como galaxias y sistemas planetarios regidos y ordenados por la fuerza de la
gravedad, pero al ceder la fuerza de expansión de la energía oscura, lo gravedad actuaría
con mayor fuerza sobre lo elementos más densos de la materia haciendo que la
materia se aglutine primero en forma de gas, dando lugar a las galaxias y
estrellas y posteriormente a los agujeros negros.
Nuestro Sol, es una estrella mediana de los billones
de estrellas que pueblan el universo. Su nacimiento hace unos 4.600 millones de
años, se produce porque una gran nube de gas y polvo, formada por restos
gaseosos, comenzó a contraerse por efecto de la gravedad hasta que ésta provocó
una temperatura en la que comenzaron a producirse reacciones de fusión nuclear a
partir de su principal combustible el hidrógeno convertido en helio y energía.
La fusión nuclear genera fuerzas expansivas que contrarrestan a la fuerza de
gravedad, de tal manera que el sol, al igual que otras estrellas, mantiene un
equilibrio entre su masa y la reacción del combustible que la mantiene
encendida. Sin embargo, el sol como el resto de estrellas por las leyes de la
termodinámica experimenta una pérdida constante de energía que va consumiendo
sus reservas de hidrógeno, y cuando éstas se agoten se irá enfriando, poniendo
fin a la fuerza expansiva de la fusión nuclear, y la fuerza de la gravedad lo
contraerá convirtiéndolo en el caso de la masa del sol en una enana blanca del
tamaño de la Tierra, otras estrellas más masivas verán su final convertidas en
uno de los enigmáticos agujeros negros.
Según la teoría actual, las
estrellas que tienen una masa equivalente a 25 masas solares deberían finalizar
su existencia, una vez que ha agotado su energía, colapsando en un agujero
negro; la masa de la desconocida materia oscura que actualmente compone una parte
importante del universo también aumentaría con la edad del universo,
hasta que llegue un momento que la expansión del universo ceda y toda la
materia tienda a contraerse en un solo agujero negro. El posible hallazgo de
alguna partícula subatómica masiva en los aceleradores de partículas (boson de
Higgs) que de
origen a la fuerza de la gravedad explicaría la interactuación de la misma con
el estadio en el que se encuentra la expansión / contracción del universo, de
tal manera que el movimiento
del universo estaría regulado por dos tipos de energía antagónicas una expansiva
y otra implosiva. Tal vez si pudiéramos observar y medir estas dos fuerzas desde
el interior de un agujero negro el tiempo o movimiento del universo se vería
diferente pues mientras la luz se expande desde las estrellas hacia el exterior,
en el agujero negro la haría desde el horizonte de sucesos del agujero negro
hacia su núcleo.
En la hipótesis del “Big-Crunch” que daría lugar a
un único agujero negro que condensaría toda la materia del universo, quedaría
pendiente la pregunta de si, a partir del mismo, se repite de nuevo el proceso
del “Big Bang”, pero actualmente no existe ninguna hipótesis física para tal
cuestión.
MODERADORA (escéptica)
Creo que este punto ha llegado a su fin.
De la discusión pienso que se pueden deducir dos cuestiones fundamentales:
Primera cuestión. La actual teoría sobre
el origen y evolución del universo es una teoría incompleta en tanto no se
tengan certezas de cómo se producirá el final del universo. La fuerza de la
energía oscura ha venido operando desde el “Big Bang” expandiendo el universo de
forma constante, pero esa energía por el
segundo principio de la termodinámica no puede ser infinita en el tiempo y
tiene que llegar un momento que las misma se agote, y al no haber energía para
expandir el universo éste quedará estático; la pregunta por resolver es si en
ese momento se producirá el “Big Rip” del universo o si, por el contrario, se
producirá el “Big-Crunch”; ésta es una pregunta sin repuesta y, mientras no
halla una respuesta científica sobre el ciclo completo del origen,
evolución y final del universo, no tendremos una teoría sólida
integral que nos explique el mismo.
Segunda cuestión. Es evidente que la falta
de respuestas sobre todo en lo que se refiere a como se activó el “Big Bang”,
deja abiertas la puertas a diversas interpretaciones, tanto físicas como
metafísicas, pero yo me sitúo entre quienes ante la falta de respuestas, no
recurre a la respuesta fácil e inmediata de la metafísica, sino que espero que
esta inquietud del ser humano de buscar respuestas sirva para profundizar en una
explicación física. Es evidente que la falta de respuestas ante temas tan
importantes produce desasosiego en nuestra ansia por saber, pero tal vez tenemos
que aprender a convivir con el mismo, lo equivocado, a mi juicio, sería utilizar
la nobleza de este impulso intelectual, para utilizar la metafísica como dogmas
de fe ante la física, como aconteció hasta la reciente historia moderna de la
humanidad.
ORÍGENES
La vida
MODERADORA (escéptica)
El debate sobre este punto lo circunscribiremos en
dos planos: 1º si la formación de la vida es una singularidad terrestre o
también puede existir en el universo en unas condiciones determinadas, y 2º la
evolución de la vida en la Tierra.
ROSA (atea)
La vida es una respuesta física que se
produce en un entorno propicio, como puede ser la existencia de agua y de
elementos favorables para su desarrollo, por lo tanto, la probabilidad que otro
sistemas planetarios del universo puedan albergar vida es muy alta, incluso en
nuestro sistema solar puede existir en formas primitivas en Marte o alguna luna
de Júpiter.
ADAM (creyente)
Es probable que la vida sea consustancial a la
propia evolución del universo, pero quizá no todas las formas de vida, como es
el ser humano, que resulta ser una singularidad sin precedentes por su capacidad
para pensar sobre si mismo. De nuevo nos movemos en el terreno de lo
material y lo trascendental, me estoy refiriendo a la existencia del Alma.
NELSON (creyente)
Si en el anterior debate, he considerado la
existencia de un esfuerzo creador, pienso que éste es también aplicable al ser
humano.
ZHAO (agnóstico)
La probabilidad de vida en el universo es muy alta,
por ejemplo, en 1964 el norteamericano Stephen H. Dole, científico del espacio,
especulaba en su libro <Habitable
planets for Man>, sobre la posibilidad de vida en otras partes del universo
además de en el planeta Tierra. Señalaba en primer lugar, que una estrella debe
tener un cierto tamaño para poder poseer un planeta habitable. Cuanto más grande
es la estrella, tanto menor es su duración, y, si excede de unas ciertas
dimensiones, no habrá tiempo suficiente como para permitir que un planeta
recorra las prolongadas etapas de su evolución química, hasta el desarrollo de
vida en formas complejas. Una estrella demasiado pequeña no puede calentar
suficientemente a un planeta, a menos que éste se halle situado muy próximo a
ella, con lo que sufriría periódicos efectos perjudiciales. Dole llegaba a la
conclusión de que sólo las estrellas de las clases espectrales F2 a K1 son
adecuadas para el mantenimiento de planetas con nivel de características de la
tierra. Según los cálculos de Dole existen en nuestra galaxia 17 mil millones de
tales estrellas. Una estrella con estas características podría poseer un planeta
similar a la tierra o no poseer ninguno. Dole calcula la probabilidad de que una
estrella de tamaño adecuado pueda tener un planeta de la masa conveniente y a la
distancia correcta, con un apropiado periodo de rotación y una órbita
adecuadamente regular y, haciendo lo que le pareció una razonable estimación,
llega a la conclusión de que probablemente hay 600 millones de planetas en
nuestra galaxia susceptibles de tener algún tipo de vida compleja.
Si estos planetas estuvieran más o menos
homogéneamente distribuidos por la galaxia., Dole estima que debería existir un
planeta habitable por cada 80.000 años-luz cúbicos. Esto significaría que el
planeta con posibilidades de tener vida evolucionada puede distar de la Tierra
unos 27 años luz, y que a unos 100 años luz de distancia, deben encontrarse
también un total de 50 planetas habitables. Dole llega a citar 14 estrellas
distantes de nosotros, a lo sumo 22 años-luz, que pueden poseer planetas que
pueden albergar vida. Llega a la conclusión de que la mayor probabilidad de
planetas habitables se da precisamente en las estrellas más cercanas a nosotros,
las dos estrellas similares al Sol del sistema Alfa Centauro: la Alfa Centauro A
y la Alfa Centauro B. Según estima Dole, estas dos estrellas compañeras
consideradas en conjunto, tienen una posibilidad entre diez de poseer planetas
habitables.
JACQUES (escéptico)
Si la vida en la Tierra se creo a partir de la
concurrencia de las reacciones químicas favorecidas por la evolución de nuestra
atmósfera, podemos considerar que su desarrollo es inevitable en cualquier
planeta similar a la Tierra. Pero el que un planeta pueda poseer vida en ningún
caso supone la probabilidad de vida inteligente. No tenemos forma de hacer
siquiera una conjetura razonable acerca de la probabilidad del desarrollo de la
inteligencia. Dole, por ejemplo, tiene el buen acierto de no hacer ninguna. La
tierra ha existido durante al menos dos mil millones de años con vida, pero sin
vida inteligente.
ROSA (atea)
Pienso que la formación de vida inteligente esta
sujeta a ley de la probabilidad pero con un grado de incertidumbre muy alto.
ADAM (creyente)
Creo que no es el caso en el ser humano. En la
evolución, la vida experimenta una transformación de formas simples como puede
ser una bacteria, a formas complejas como los mamíferos. El ser humano es el
último eslabón de esta evolución porque es capaz de reflexionar sobre si mismo y
el resto de las cosas que le rodean. En este sentido creo que el hombre es el
destino final de esta evolución al dotarse de pensamiento y alma, cuestión que
se correspondería con el concepto de la energía ascendente de
Teilhard de Chardin, o la
emergencia del espíritu de Hegel.
NELSON (creyente)
Pienso que sí ha existido un Ente creador del
universo y que el hombre es el depositario de la conexión con ese Ente creador,
por lo que la evolución de la vida en la naturaleza tiene un destino final: el
Homo Sapiens Sapiens ¿como se puede explicar sino la diferencia evolutiva con el
resto de especies?
ZHAO (agnóstico)
Esta interpretación determinista de la evolución en
la que la especie humana o la vida inteligente es la culminación a la misma
subyace no solo en el pensamiento metafísico de Teilhard de Chardin o la
filosofía de Hegel, sino también en la concepción materialista del siglo XIX,
por ejemplo,
F. Engels en unas de sus principales obras “La Dialéctica de la
Naturaleza", realizada por este autor para hacer una síntesis
dialéctico-materialista de los mayores adelantos de las Ciencias Naturales de
mediados del siglo XIX, y criticar las concepciones metafísicas e idealistas en
las Ciencias Naturales, también llega a afirmar que la dialéctica inexorable de
la naturaleza tiene su culminación en el desarrollo de vida inteligente, cito el
texto:
“Por más millones de soles y tierras que nazcan y
mueran, por más que puedan tardar en crearse en un sistema solar e incluso en un
solo planeta las condiciones para la vida orgánica, por más innumerables que
sean los seres orgánicos que deban surgir y perecer antes de que se desarrollen
de su medio animales con un cerebro capaz de pensar y que encuentren por un
breve plazo condiciones favorables para su vida, para ser luego también
aniquilados sin piedad, tenemos la certeza de que la materia será eternamente la
misma en todas sus transformaciones, de que ninguno de sus atributos puede jamás
perderse y que por ello, con la misma necesidad férrea con que ha de exterminar
en la Tierra su creación superior, la mente pensante, ha de volver a crearla en
algún otro sitio y en otro tiempo”.
De esta manera, a pesar de que en esta obra Engels
combate la miopía de una ciencia de su tiempo que estaba aún profundamente
empantanada en la teología, desarrolla un concepto dialéctico que tiene poco que
ver con el principio de objetividad por el que se rige la ciencia, al atribuir
un valor antropocéntrico donde el “ser pensante” es el destino final del
materialismo dialéctico, en definitiva el final del proceso cósmico.
JACQUES (escéptico)
La diferencia de este proyecto final cosmológico de
la dialéctica de la naturaleza de Engels, y otros como la fuerza diferenciante
de Spencer, la energía ascendente de Teilhard de Chardin, o la emergencia del
espíritu de Hegel, radicaba en que esta inmanencia se presenta como resultado de
las leyes de naturaleza, pero en el fondo es ajena a la misma y representa la
ilusión antropocentrista”.
La vida es una expresión de la naturaleza en
determinadas condiciones y, que evoluciona de formas simples a formas complejas,
pero de ahí a atribuirle un destino y finalidad en la formación de vida
inteligente, creo que tiene poco que ver con cualquier postulado científico. De
nuevo estamos en la tesitura de confundir el determinismo de determinados
procesos físicos con situaciones derivadas del
azar y la necesidad. La necesidad es una respuesta a las leyes de la vida, y
el azar el resultado de variables indeterminadas, por ello la probabilidad de
presencia de vida en el universo tiene que ser alta, mientras la probabilidad de
una forma de vida concreta es más bien el resultado de una singularidad.
Es la diferencia entre dos experimentos de
laboratorio cuando, la probabilidad de que al repetir uno de ellos los
resultados del mismo serán siempre los mismos, o cuando nunca serán iguales. En
las observación de los fenómenos naturales y sociales debemos conocer cuando un
sistema o unidad de análisis, responde a un postulado determinista, esto es,
cuando las leyes que lo rigen hacen que el resultado sea siempre el mismo y
cuando el sistema objeto de estudio es un sistema regido por interacciones entre
las cuales muchas de ellas operan de forma aleatoria, con lo que la evolución de
este sistema no podemos conocerlo, dando lugar a la incertidumbre del resultado
que puede ser siempre diferente. Por poner un ejemplo cercano, la precipitación
en forma de nieve se produce siempre que se den unas condiciones determinadas en
la atmósfera terrestre, pero visto en un microscopio ningún copo de nieve es
igual a otro.
Las extinciones masivas de especies que han
existido a lo largo de la existencia de la vida en la Tierra, han sido en
algunos casos producto de variables indeterminadas, por ejemplo, se estima que hace unos 66 millones de
años el impacto de un meteorito contra la Tierra produjo un invierno prolongado
que ocasionó la extinción de la mayoría de las especies, entre ellas los dinosaurios, en el supuesto de que tal impacto
no se hubiese producido, es obvio que la vida en la Tierra no sería como ahora.
Con ello quiero señalar que la vida en la Tierra
responde a la
necesidad de las condiciones para la misma, pero si imagináramos un nuevo
ciclo en la evolución de las especies, es muy probable que el hombre no estaría entre las mismas,
pues la formación de especies es debido a mutaciones aleatorias fruto de la necesidad y del azar,
MODERADORA (escéptica)
Hemos llegado a un punto, en que podemos
diferenciar, entre quienes atribuyen la existencia del ser humano a la
culminación de un proceso cosmológico, bien por la acción creadora de un “Dios”,
o por una concepción dialéctica de la naturaleza tal y como lo entiende el
“Materialismo Dialéctico”, y quienes ven la vida inteligente y en concreto al
ser humano como una singularidad fruto de la necesidad y el azar.
Una vez llegados a este punto creo que debemos
centrarnos en las diferentes hipótesis que explican la evolución de la vida.
ROSA (atea)
A menudo existe cierta confusión entre “Hecho
Evolutivo” y la “Teoría de la Evolución”. Lo científicamente demostrado es
el “Hecho Evolutivo”, es decir, que los seres vivos están emparentados entre sí
y han ido transformándose a lo largo del tiempo. La “teoría de la evolución” es
el modelo científico que describe la transformación evolutiva y explica sus
causas, aunque en este aspecto no toda la comunidad científica está de acuerdo.
La teoría que tiene más aceptación es la denominada teoría “Sintética”, o
neodarwinismo, en general significa la integración de la teoría de la
evolución de las especies por selección natural de
Charles Darwin, y la teoría genética de
Gregor Mendel como base de la herencia biológica. Sus premisas son: 1º La
Evolución es un proceso gradual de mutaciones puntuales o micro mutaciones
surgidas por azar causada por errores en la replicación del ADN; 2º el material
genético es la materia prima pero quien dirige el proceso evolutivo es la
Selección Natural que determina que mutaciones pueden prosperar en el medio
natural. Creo que esta teoría es actualmente la que mejor explica el “Hecho
Evolutivo”.
ADAM (creyente)
Puesto que el “Hecho Evolutivo” es una constatación
científica, creo que no es necesario que sea objeto de debate, pero pienso que
la teoría “Sintética” de la evolución tiene muchas lagunas, es más, está en
franca contradicción con el registro fósil, donde se puede comprobar como muchas
de las especies observadas han permanecido prácticamente sin cambios durante
cientos de siglos. La constatación de este fenómeno, se plasmó en la "Teoría
del Equilibrio Puntuado", propuesta en 1972 por los paleontólogos Eldredge y
Gould. Sus dos postulados son: 1º la mayoría de las especies aparecen en el
registro fósil con una apariencia muy similar a cuando desaparecen, el cambio
morfológico es generalmente limitado y no direccional; 2º la aparición en un
área local de una especie, no surge gradualmente por la transformación paulatina
de sus antecesores, sino que aparece plenamente formada y establecida en el
registro fósil. Estos hechos apuntan más a una evolución por saltos cualitativos
en la formación de las especies debido a una intervención exterior natural o
sobrenatural, en mi opinión en el caso del hombre sobrenatural, que a una
evolución progresiva azarosa de pequeñas mutaciones genéticas en las especies
donde la “selección natural” determinaría cuales son las que prosperan.
NELSON (creyente)
Soy también de los que opino que la “Teoría
Sintética” no explica correctamente el “Hecho Evolutivo”, si las especies
aparecen en "instantes geológicos" y después no cambian fundamentalmente en
mucho tiempo, parece claro que los grandes cambios evolutivos, no pueden
explicarse a través de una sencilla extrapolación de mutaciones genéticas
puntuales en el seno de una población. Y si ese cambio gradual que propone la
“Teoría Sintética”, no puede observarse en el registro fósil, parece razonable
pensar en la posibilidad de que exista otro mecanismo de cambio. Creo que la
ciencia tiene el problema que no puede aceptar como origen de la vida y de las
especies una evidencia que no sea científica, pero imaginemos por un momento,
que la realidad es que detrás de todo proceso de la vida y su evolución hay un “diseño
inteligente” metafísico, es decir, un acto creador, estaríamos intentando
explicar con teorías científicas lo inexplicable.
ZHAO (agnóstico)
Evidentemente, las apariciones de los
grandes taxones (peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos) son bruscas o
saltacionistas y, por lo tanto, difíciles de justificar mediante cambios
graduales e individuales, ya que las grandes remodelaciones de su organización,
tanto morfológica como genética, implican cambios simultáneos en muchos
caracteres interdependientes e individuos a la vez, por otra parte, suelen estar
asociadas con épocas de "disturbios geológicos" y muy frecuentemente con grandes
y periódicas extinciones, cuyas consecuencias tienen poco que ver con la “Selección
Natural” y, en el que están implicados claramente, al menos en los últimos
250 millones de años, asteroides de diversos tamaños y en distinta cantidad,
caídos sobre la Tierra. Tal vez, para explicar estos cambios, sería más adecuado
pensar en la “Transferencia
de Genes Horizontal”, en el que un organismo transfiere material genético a
otra célula que no es descendiente, a diferencia de la “Transferencia Vertical”
entendida cuando un organismo recibe material genético de sus ancestros tal y
como afirma la “Teoría Sintética”. La hipótesis de la “Transferencia de Genes
Horizontal” ya fue formulada en 1982 por el astrónomo galés Alfred Hoyle en "Evolution
from space", en el que teorizaba sobre la posibilidad de que la extraña
capacidad de los virus de integrarse en los genomas de los seres vivos y
permanecer en ellos en forma de "pro virus" podría ser un mecanismo de
adquisición de secuencias complejas de genes, disponibles para su eventual uso
como respuesta o como consecuencia de estímulos o cambios ambientales. Este
mecanismo justificaría los fenómenos saltacionistas observados sistemáticamente
en el registro fósil y explicaría las profundas diferencias de organización
genética y morfológica existentes entre los grandes taxones. Pienso que no se
puede descartar la hipótesis de Hoyle.
JACQUES (escéptico)
La “Teoría Sintética” habría que considerarla bajo
el principio de “falsabilidad”
por el que la proposición universal es falsa cuando se consigue demostrar
mediante la experiencia que un enunciado observable es falso, en este caso el
registro fósil. Cuando este fenómeno se produce la ciencia se sitúa en la
tesitura de quienes defienden a ultranza la teoría clásica y quienes se
arriesgan con nuevas hipótesis; por ejemplo,
Karl Popper acusaba a los seguidores de Freud de su afán de "querer
explicarlo todo" en base a sus fundamentos teóricos.
Creo que la comunidad científica no tiene bases para
seguir aferrándose a la “Teoría Sintética” y debiera reformularla. La posible
confirmación de la hipótesis de Hoyle no constituiría simplemente un cambio de
matiz en la teoría ortodoxa que afectase solamente al mecanismo introductor de
variabilidad de un individuo de la especie, sino que supondría una nueva
explicación del “Origen de las Especies”, a través de la integración simultánea
en numerosos individuos de secuencias de contenido biológico complejo, la nueva
especie surgiría rápidamente, mediante un cambio sustancial y común a un
considerable número de individuos, lo que haría posible su ínter fecundidad. La
Selección Natural ya no sería la "fuerza impulsora" de la evolución, simplemente
sería el mecanismo de eliminación de los individuos menos aptos durante los
largos períodos de estasis evolutiva, durante la cual, los individuos aptos se
reproducirían sin mayores problemas.
ROSA (atea)
Es probable que estemos en un momento de encrucijada
para entender mejor el “Origen de las Especies”, pero, no obstante, quisiera
remarcar que si bien en la “Teoría Sintética” el azar juega un papel
fundamental, pienso que en la hipótesis de Hoyle también el azar es fundamental
en la conformación de nuevas especies, pues si la evolución de la vida es un
proceso de integración de sistemas complejos las condiciones azarosas del medio
ambiente determinarían que las especies surgidas serían aptas para desenvolverse
en ese medio natural.
MODERADORA (escéptica)
En este tema del “Origen de las
Especies”, si bien, la aparición de la teoría evolucionista acabó con la
concepción bíblica del origen de la vida, las lagunas que tiene la “Teoría
Sintética” a la vista de los fenómenos saltacionistas que presenta el registro
fósil, alimenta de nuevo que las concepciones metafísicas “creacionistas”
vuelvan de nuevo a cobrar fuerza para explicar el “origen de las especies”. Tal
vez, la comunidad científica no debería aferrarse tanto a una teoría que es
falsable, sino cuestionar la misma mientras no tenga otra que se corresponda con
los hechos probados del registro fósil.
ORÍGENES
La especie humana
MODERADORA (escéptica)
Continuaremos el debate de la evolución ateniéndonos
a la especie humana hasta situarnos en el periodo Neolítico de la denominada
prehistoria de la humanidad.
ADAM (creyente)
Abordaré este tema prescindiendo del origen del
hombre en su dimensión teológica, asunto, que como creyente volveré sobre el
mismo más adelante, pero ahora, me ceñiré a continuar este debate siguiendo los
postulados anteriores sobre la evolución.
Para enjuiciar correctamente este tema,
hay que diferenciar entre los datos que se han obtenido hasta la fecha de restos
de “homínidos” desde hace unos cuatro millones de años, y la interpretación que
se hacen de los mismos para describir la
evolución de la especie humana. Si damos por sentado la “Teoría Sintética” o
neodarvinismo, la interpretación de todos estos hallazgos habría que realizarlos
como un desarrollo progresivo del género “homo”, en primer lugar estaría la fase
del “homo erectus” por su capacidad para andar sobre dos pies, después vendría
la fase del “homo habilis” por el desarrollo de una industria lítica, al que le
sucedería una serie de ramas de “homos”, asociados también a distintas
industrias líticas, hasta llegar hace unos doscientos mil años donde aparecería
nuestros antepasado directo el “homo sapiens”. Este proceso se habría realizado
debido a las mutaciones aleatorias que una de las especies homo habría ido
adquiriendo y, en las que la selección natural, habría primado el desarrollo del
cerebro hasta llegar a la especie “homo sapiens”, la cual, al estar más
cualificada para la supervivencia habría sustituido a su predecesores,
considerados ya de otras especie como el “homo neanderthalensis” hace treinta
mil años.
Por el contrario, si consideramos esta teoría
evolutiva falsable, los restos fósiles de la especie homo, debieran tener otra
interpretación, deberíamos considerar el momento en que la especie humana surge
de forma relativamente rápida diferenciándose claramente de sus antepasados los
póngidos de los que actualmente son descendientes los orangutanes. Ese momento sería cuando se tienen los primeros datos de industrias
inteligentes, es decir hace dos millones y medio de años cuando aparece el “homo
habilis”, debiendo descartar según esta hipótesis que la especie humana surgiese
hace doscientos mil años con el denominado “homo sapiens”, sino que surge dos
millones de años antes y, por ello, que todas las especificidades encontradas
posteriormente en el paleolítico no son sino variantes de una misma especie,
como los son ahora los pigmeos, lo caucásicos o los esquimales.
NELSON (creyente)
Esta es una de las incertidumbres existentes para
explicar la evolución humana. Hasta ahora todos los restos fósiles hallados
parecen confirmar la teoría evolucionista neo darvinista, o quizás también, al
igual que les pasaba a los discípulos de Freud, que todo necesariamente debe
encajar. Hay que considerar que el darvinismo tuvo una gran repercusión social
en el siglo XIX, pretendiendo justificar la preponderancia del más fuerte y más
inteligente sobre el más débil, atribuyendo a la cultura occidental una ventaja
propia de la selección natural que justificaba el sometimiento de otras
culturas. De esta tradición cultural decimonónica creo que se desprende un
pernicioso prejuicio interpretativo al clasificar la evolución humana en
diferentes especies “homo” en forma de eslabones clasificadas básicamente en
base a cuatro criterios: 1º la interpretación más o menos avanzada de su
industria lítica; 2º el desarrollo de la inteligencia en base a la capacidad
craneal; 3º la morfología, y 4º la constante lucha entre distintas especies de
homínidos, donde al final se habría impuesto el más inteligente el “homo
sapiens”, que curiosamente en las representaciones divulgativas siempre
terminan en un hombre blanco y no por ejemplo en un chino o negro lo que denota
un prejuicio ideológico occidental, el cual atribuye la desaparición del hombre
de Neandertal al enfrentamiento entre ambas especies. Creo que estas
consideraciones no tienen ningún sustento de teoría científica, y se basan en
meras interpretaciones de la teoría darvinista de la evolución, que pueden ser
rebatidas con la propia lógica.
1º La clasificación de especies en base a la
industria lítica, es un clasificación absurda, pues la diferencia entre las
primeras y últimas industrias líticas presentan menores diferencias que las
puedan existir entre la industria moderna del acero o las telecomunicaciones y,
por ejemplo, la industria de las tribus amazónicas, y no por ello decimos que
los nativos de esa región son de otras especie.
2º La catalogación de la inteligencia por la
capacidad craneal, también es punto muy débil, pues el carácter distintivo del
cerebro humano no es su tamaño, sino su organización, y las diferencias
organizativas del cerebro de un humano actual y un antecesor nuestro de hace dos
millones de años no son posibles establecerlas.
3º Los cambios morfológicos también se consideran
una prueba para determinar especies diferentes hasta llegar a la “morfología
moderna” o actual pero habría que preguntarse qué es la "morfología moderna"
¿tal vez la parecida a la de los actuales europeos? Porque morfología moderna es
la de los esquimales, con las proporciones corporales exactamente iguales a las
de los neandertales y la de los pequeños bosquimanos y pigmeos, y la de los
"aborígenes" australianos.
ZHAO (agnóstico)
Aunque los primeros indicios de un patrón
morfológico humano se remontan, indirectamente, a las huellas de Laetoli en
Tanzania de hace 3,6 millones de años, los restos fósiles más indiscutibles
datan de unos 2,5 millones de años atribuidas al “homo habilis” y al “homo
rudolfensis” caracterizados no sólo por su morfología, sino por estar asociados
a una industria lítica sencilla denominada “Olduvayense” por estar ubicada al
este de la llanura del Serengeti en el norte de Tanzania. Como hasta la fecha no
es posible establecer la organización cerebral de nuestros antepasados, para
determinar la aparición de nuestra especie, sólo podemos guiarnos por un
comportamiento distintivamente humano como se desprende del hecho de su
capacidad de preconcebir y elaborar herramientas, por simples que éstas sean, lo
que, por otra parte, es lógico por ser las primeras, teniendo en cuenta que no
existen datos paleontológicos sobre el uso de herramientas construidas con
materiales perecederos.
En este punto creo que es necesario realizar una
reflexión sobre un argumento profundamente arraigado y muy utilizado en las
interpretaciones darvinistas de la evolución humana, y es la pretendida relación
entre complejidad tecnológica y capacidad mental. Supuestamente, la sencillez o
la uniformidad de las herramientas líticas primitivas indicarían una escasa
inteligencia; sin embargo, cabe plantearse si el verdadero mérito es de los que
producen las mejoras de un invento o de los primeros que lo concibieron, de
igual modo, que no es mayor el mérito de los técnicos que mejoran las
prestaciones de un automóvil que el del técnico que ideó la primera máquina
“automóvil”. Si alguien afirmase que la simpleza y la poca eficacia de la
primera máquina de James Watt refleja la escasa inteligencia de este inventor,
sería para dudar de la inteligencia de quien realiza semejante afirmación.
En cuanto a la lucha entre grupos de diferentes
especies homo, en el contexto prehistórico, es decir, en un mundo poblado por
bandas nómadas de cazadores-recolectores, la “sustitución” de unos grupos por
otros en base a la guerra entre ellos se hace prácticamente imposible. Si
tenemos en cuenta que de la superficie total de la Tierra, 510 millones de
Kilómetros cuadrados, aproximadamente 149 millones, con pequeñas fluctuaciones
en función de los ascensos y descensos del nivel del mar causados por las
glaciaciones, estaban libres de las aguas, e incluso considerando sólo una
tercera parte de esta superficie unos 50 millones de kilómetros cuadrados que
reuniría las óptimas condiciones para la vida, ¿tiene sentido pensar que unos
grupos dispersos y móviles compuestos por no mucho más de 50 personas, límite
aproximado impuesto a este tipo de grupos por la cantidad de terreno necesario
para su aprovisionamiento; con unas herramientas y “armas” similares,
básicamente de piedra y madera, tengan la más mínima posibilidad de eliminar
totalmente a grupos semejantes, perfectamente adaptados a su entorno a lo largo
de milenios? La población humana total, ya en el Paleolítico superior, se ha
estimado en unos 5 millones de personas, aún siendo el doble, tendrían todo el
espacio imaginable para buscar asentamientos propios.
En base a estos datos, es más razonable pensar que,
a lo largo de milenios de vida móvil, de encuentros y de compartir hábitat y
modo de vida, se estableciese un inevitable “flujo
génetico” entre ellos. De hecho, otra característica muy habitual entre los
grupos nómadas históricos es el intercambio de jóvenes entre distintos grupos,
consecuencia probable de la observación de los problemas derivados de un exceso
de endogamia, y que se realizaba mediante grandes reuniones periódicas de varios
grupos o, incluso, por medio del secuestro más o menos de muchachas por los
jóvenes de otros grupos.
En definitiva, este tipo de explicaciones
“darvinistas” parece que responden más a una concepción ideológica que a una
explicación científica de los restos fósiles, que en mi opinión apuntan a una
rama única de la especie humana, y no a una serie de ramas de especies homo, a
veces, definidas según el autor que las interprete.
JACQUES (escéptico)
Evidentemente, a la explicación de la evolución del
hombre habría que despojarla de toda interpretación ideológica, pero creo que
actualmente disponemos de evidencias que permiten constatar la existencia de
diferentes especies homo. El hombre moderno desciende, en su totalidad, de una
"Eva" que habría vivido en África hace unos 200.000 años.
ROSA (atea)
Hay otros estudios científicos que se inclinan darle
más peso a la combinación genética entre distintos grupos “homo”. El proyecto
del genoma del neandertal (Neanderthal
genome project) del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de
Leipzig y la empresa de los Estados Unidos 454 Life Sciences, publicaron los
resultados del proyecto en el número de mayo del 2010 de la revista Science. El
estudio señalaba el aporte genético del neandertal del 1 al 4% a los humanos
modernos de fuera de África por lo que no podemos hablar de especies
diferenciadas sin han sido capaces de mezclarse genéticamente, reproducirse y
prosperar.
El problema sigue estando en la base conceptual
entre la idea de una evolución gradual, “progresiva” y de reemplazo de especies
“homo”, o del avance de una única especie surgida hace 3,5 millones de años con
desencuentros y encuentros de diferentes grupos humanos con el consiguiente
intercambio genético que seguramente habría caracterizado los mismos. Estas
interrogantes quedan abiertas.
ADAM (creyente)
Decía al comienzo que abordaría el origen del hombre
en su dimensión teológica. Y puede preguntarse cómo encaja en la teología esta
concepción de los orígenes humanos que la ciencia nos presenta. Lo primero que
hay que decir es que el hombre del que se ocupa la teología no es el hombre de
que se ocupan la paleontología. A mi entender, para la ciencia, el hombre es el
estadio evolutivo de un largo proceso en la naturaleza. Ahora bien, desde el
punto de vista teológico, sólo cuenta el momento en que el hombre como “ser
racional” fue elevado a un estado que llamaríamos «teologal» al ser dotado de
alma, constituyendo así el hombre del que nos habla el
Génesis y del que desciende toda la humanidad actual. Es
constatable que la especie humana ha experimentado en la prehistoria una
evolución mental de estar basada en la mera subsistencia a darle gran
importancia a lo espiritual, como lo atestiguan los enterramientos y otra serie
de símbolos de las que existen numerosos hallazgos de la prehistoria más
reciente.
NELSON (creyente)
Creo que la importancia que comienza a adquirir lo
espiritual en el neolítico tiene relación con el Alma de cada persona, la introducción
posterior del concepto de un único Dios con una jerarquía que lo
interpreta teologalmente, es un asunto cultural.
MODERADORA (escéptica)
Podemos dejar aquí este debate,
donde se ha puesto de manifiesto que la interpretación del “Hecho Evolutivo” de
la especie humana se sustenta en una teoría excesivamente ideologizada, por el
darvinismo.
La introducción del tema religioso nos sitúa en el
siguiente debate sobre el origen y evolución de las civilizaciones.
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NOTA:
* La hipótesis saltacionista en la evolución de las
especies, está tomado de:
Máximo Sandín.
* El concepto de las variación de las especies según
el azar esta tomado de la obra
El azar y la necesidad de:
Jacques Monod.
FIN
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Javier Colomo Ugarte
Doctor en Geografía e Historia
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